La tecnología se ha convertido en
un elemento indispensable para la cultura, ya que le aporta numerosas ventajas.
Una de las ramas que la usa en su favor es la Museografía ya que el desarrollo
tecnológico permite el avance de numerosos factores que influyen en el resultado
final de lo que es un museo: la seguridad y conservación de las obras, las
instalaciones técnicas, la accesibilidad para el público, etc.
Hoy en día cualquier museo del
mundo tiene su propia página web, e incluso, su propia aplicación para
dispositivos móviles. Es la mejor forma de darse a conocer y llegar al mayor
número de personas, puesto que se eliminan las barreras físicas y permite
visitas desde cualquier parte del mundo. La web de un museo debe incluir la
información básica que precisan los visitantes (localización, horarios, servicios,
tarifas…), así como los datos sobre el propio museo: qué exposiciones alberga,
durante cuánto tiempo...
Otro de los recursos tecnológicos
más extendidos en los museos actualmente son las audioguías. Se trata de un
servicio que complementa las exposiciones del museo mediante una explicación
oral grabada en un dispositivo que el público puede adquirir, unas veces previo
pago y otras de forma gratuita. De esta forma los usuarios del museo disponen
de una guía particular sobre la que tienen el control, ya que son ellos quienes
deciden qué quieren oír y cuánto tiempo quieren emplear en cada parte de la
exposición.
En los últimos años algunos
museos han ido un paso más allá y han creado las guías multimedia. Son una
versión mejorada de las anteriores, dado que ofrecen la información en varios
formatos, combinando audio, texto y vídeo, para facilitar y completar la
experiencia del visitante.
Por otra parte, la mayoría de las
exposiciones incluyen contenidos multimedia en su catálogo. Las muestras suelen
aparecer en las páginas web de los museos, lo que significa que han pasado por
un proceso de digitalización para mejorar la difusión de las obras. Además, es
muy común encontrar elementos tecnológicos en el recorrido de las exposiciones:
pantallas táctiles para interaccionar con el público, proyecciones de presentaciones
o vídeos que resumen o explican el material expuesto...
En Museo Arqueológico Nacional es
un claro ejemplo de la tecnología al servicio de la Museografía. Tras seis años
de reformas, su reapertura en 2013 dejó patente que se trata de un museo del
siglo XXI, con numerosas influencias tecnológicas. Desde que ponemos un pie
dentro observamos la influencia de la tecnología en el MAN: las entradas, que
pueden adquirirse por internet, contienen un código BIDI que se lee con un
aparato electrónico. Su página web ofrece la información más relevante de las
muestras que se exponen en su interior, y su app para móviles y tablets pone al
alcance de los usuarios la información sobre las mismas. Asimismo dispone de
servicio de audioguía y de guía digital, uno de los recursos más demandados
entre los visitantes. Además, a lo largo de todo el recorrido hay conexión wifi
y numerosos elementos tecnológicos que complementan la muestra permanente.
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