sábado, 28 de mayo de 2016

Ensayo sobre un fotoperiodista: Cristina García Rodero

INTRODUCCIÓN

Retrato de Cristina García Rodero
Cristina García Rodero es un icono de la fotografía de nuestro país. Reconocida a nivel mundial por ser la primera española en formar parte de la agencia Magnum de fotoperiodismo, esta manchega ha dedicado su carrera a viajar para documentar las tradiciones y costumbres más recónditas de todos los puntos de España, así como de algunos lugares exóticos del mundo.

Cuenta con una trayectoria profesional de más de cuatro décadas, muy ligada al mundo del arte debido a su formación académica. Su pasión por los rituales humanos le ha llevado a desarrollar un estilo propio caracterizado por la belleza y la perfección con las que trabaja. Su método es lento y puntilloso, tal como reconoce ella misma, lo cual la define más como fotodocumentalista que como fotoperiodista. 

El blanco y negro, la búsqueda de individualidad dentro de las multitudes y la capacidad de transmitir sentimientos, son los rasgos que definen las instantáneas de sus múltiples reportajes, género en el que destaca y que le ha supuesto el reconocimiento a nivel nacional e internacional. Así lo demuestran las numerosas exposiciones permanentes de su obra que se encuentran repartidas por prestigiosos museos de todo el mundo y los innumerables premios que ha recibido a lo largo de su trayectoria.

A nivel personal, considero a Cristina García Rodero una de las mejores fotógrafas actuales del panorama nacional. Sus imágenes logran transportar al espectador a los rincones que fotografía, haciéndole partícipe del acontecimiento. Me llama especialmente la atención el uso que lleva a cabo del blanco y negro y su capacidad para elegir siempre el ángulo indicado, el que nos muestra la parte más importante pero no la más evidente en muchas ocasiones. Capta aquello que de otra forma quizás pasaría desapercibido con una técnica envidiable.

Su carácter reservado y profesional, se torna aún más tímido en las entrevistas y conferencias que imparte, lo que demuestra una humildad digna de admirar teniendo en cuenta sus logros y trayectoria en el mundo de la fotografía. 


CRISTINA GARCÍA RODERO

El nombre de Cristina García Rodero es uno de los más grandes de la fotografía española. Con más de cuatro décadas de trabajo a sus espaldas, ha conseguido hacerse un hueco en una profesión que ama y a la cual se ha dedicado por completo. 

Nacida el 14 de octubre de 1949 en Puertollano, Ciudad Real, se trasladó a Madrid en 1968, donde reside desde entonces. Compró su primera cámara en Ceuta a los 17 años, y solo un año más tarde comenzó sus estudios de Bellas Artes en la Universidad Complutense. Su vocación siempre fue la fotografía, pero España no disponía de escuelas que pudieran saciar sus ansias de conocimiento ni desarrollar su creatividad. Por este motivo se matriculó en Bellas Artes, estudios que contenían la asignatura de Fotografía en su programa lectivo. “Empecé a interesarme por la fotografía a los 11 años, pero para jugar. A los 16 empezaba a ser una necesidad. A los 20, que es cuando entré por primera vez en un laboratorio, ya digo que soy fotógrafa”, narra García Rodero.

Tras licenciarse en pintura en 1972, se inició en el mundo de la docencia dando clases de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, y ya en 1983, comenzaría a impartir Fotografía en la misma facultad en la que años antes había sido estudiante. Hasta 2007 compatibilizó su actividad como profesora con la creación fotográfica y la colaboración en diversas publicaciones periódicas nacionales y extranjeras lo cual le ha llevado a viajar por todo el mundo en busca de los rituales más remotos y sorprendentes del ser humano. Hoy en día continúa vinculada a la Universidad Complutense, donde dirige cursos de verano sobre Fotografía Documental. Además, su espíritu creador se mantiene indomable, dispuesta a seguir descubriendo rincones y personas que fotografiar a sus 66 años.

En el año 2009 Cristina García Rodero se convirtió en la primera española en ingresar en la célebre agencia fotoperiodística Magnum. Toda su obra fotográfica está ligada al reportaje, un género que precisa dedicación y tiempo para exprimirlo al máximo, y en esto es toda una experta.


TRAYECTORIA

Los primeros trabajos de Cristina García Rodero aparecen ya en los años sesenta como parte de los concursos universitarios en los que participaba. Rápidamente comenzó a interesarse por las fiestas populares de toda España, lo que marcará el desarrollo del resto de su carrera profesional. 

Apenas unos meses después de licenciarse en Bellas Artes, recibió una beca de la Fundación Juan March con la que pretendía dar una visión general de nuestro país, un trabajo al que dedicó quince años de su vida. Fue en 1973 cuando se inició en esta tarea de captar con su objetivo los ritos, tradiciones, costumbres y fiestas de toda la geografía nacional, aunque más tarde pasaría a moverse también por el extranjero. “Al terminar la carrera, sabía que iba a tener que vivir de la enseñanza y yo lo que quería era vivir años de aventura, conocerme a mí misma y también a mi país. Y la beca fue la forma independiente de encontrar algo que me hacía ser aventurera y ser creadora, ponerme a prueba a mí misma, sobre todo me dio la oportunidad, los medios”, relata en una entrevista para el periódico El País.

El fruto de todo ese trabajo aparece publicado por primera vez en España Oculta, su primera gran obra. Más tarde presentaría a nivel nacional España, fiestas y ritos; y en el ámbito internacional Europa al sur, Rituales en Haití, María Lionza: la diosa de los ojos de agua, Transtempo, Combatiendo la nada, Los siete pecados capitales y Con la boca abierta, su último trabajo hasta el momento. De esta forma, ha viajado por Grecia, Portugal, Italia, Georgia, Kosovo, Rumanía, Venezuela, México, Estados Unidos y Haití, siempre con la espiritualidad y los ritos como telón de fondo que todo lo envuelve.

García Rodero respeta y admira su profesión, “mi cámara es mi ojo”, asegura. Se autodefine como “perfeccionista, puntillosa, intuitiva, muy seria con el trabajo, torpe y algo lenta”, y opina que no sirve como fotógrafa de actualidad por ser “lenta y cabezota”. “Me cuesta llegar a los sitios, aún más dejarlos”, comentaba en una entrevista radiofónica en la que aseguraba que le da pavor hablar en público y escribir. Sin embargo, no duda cuando dice que durante sus años de viajes por España se convirtió en reportera.

Ha dedicado toda su vida a la fotografía y todo apunta a que seguirá haciéndolo. Considera que es un trabajo a tiempo completo, que conlleva una gran dedicación debido, entre otros motivos, a los continuos viajes que se realizan. A su juicio, se trata de una profesión difícil de compaginar con la vida privada, “por eso muchos reporteros están divorciados”, bromea. Sin embargo, pierde la sonrisa cuando habla del papel de la mujer en la Fotografía, un mundo que considera machista por la predominancia de los hombres frente a las mujeres. “La sociedad va avanzando y cada vez es menos machista, pero la fotografía no”, decía con dureza.

De la misma forma, García Rodero mantiene una postura crítica acerca de la situación actual de la fotografía, cuyo mercado se ha devaluado debido a la conquista de las nuevas tecnologías y la generalización de su uso. “La gente piensa que es muy fácil hacer una fotografía; el hecho de que cualquiera con una cámara o un móvil pueda hacer una foto va muy en contra de la profesión”, opina. Sin embargo, sabe reconocer las ventajas de la era digital, destacando especialmente dos: la capacidad de almacenamiento de las tarjetas de memoria frente a los carretes tradicionales y el sencillo paso del color al blanco y negro.

Precisamente el empleo del blanco y negro se ha convertido en una constante a lo largo de su carrera, en una seña de identidad. La fotógrafa se siente más cómoda en este registro debido a la libertad técnica que le permite. “Lo bueno que tiene este color bidimensional es que te separa tanto de la realidad que te lleva a otra dimensión, crea un misterio. El color ya tiene una importancia en la fotografía, a veces una foto la puede salvar el color, el blanco y negro, sin embargo, no tiene nada a lo que poderse agarrar, o es buena la foto o no lo es”.

Sus reportajes son un culto a la individualidad dentro de la multitud, como demuestra la abundancia de retratos y medios planos en su trabajo. Por el contrario, desecha los planos generales por considerarlos meramente descriptivos, sin capacidad para transmitir sensaciones ni emocionar. El suyo es un arte que no quiere llamar la atención sobre sí mismo sino sobre los seres humanos y los lugares de los que se alimenta. Hay que fijarse un poco más para reparar en el cuidado de una composición que finge ser una escena captada arbitrariamente.

REPERCUSIÓN DE SU OBRA

Actualmente las creaciones de Cristina García Rodero están distribuidas en diferentes colecciones de museos de todo el mundo. En España destaca la muestra permanente expuesta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, aunque también se encuentra en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela, en el MUSAC de León o en la Fundación Banesto de Madrid entre otros muchos centros artísticos.

Fuera de nuestras fronteras llama la atención su amplia presencia en Estados Unidos, donde se muestra su obra en centros de referencia a lo largo de todo el país como el Museum of Fine Arts de Houston, el Seattle Art Museum de Washington, el Getty Center for de History of Arts and the Humanities de Santa Mónica, California, o el International Center of Photography de Nueva York. 

De la misma forma, su influencia se extiende a otros países como Suiza, donde expone en la Maison Européene de la Photographie de Lausana; Venezuela, en el Museo de Bellas Artes de Caracas; Portugal, en el Centro Português de Fotografía de Oporto; o Francia, en el Collection de l’Imaginerie. 

Su trabajo es extenso y delicado, lo que le ha llevado a realizar numerosas exposiciones, tanto de forma individual como colectiva, en museos de todo el mundo. Su primera exposición individual tuvo lugar en México bajo el título Fiestas tradicionales de España, que sorprendió al público latinoamericano por la peculiaridad de sus fotografías.

Su opera prima, España oculta, ha recorrido múltiples espacios, como el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Bellas Artes de Caracas, la Photographers’ Gallery de Londres, el Zentrum fur Audiovisuelle Medien en Sttutgart y un largo etcétera. Con esta exposición sobre las costumbres españolas más insólitas, Cristina García Rodero consiguió hacerse un hueco en la fotografía internacional. 

En las exposiciones colectivas en las que ha participado se ha erigido como representante de nuestro país, situando la fotografía española en lo más alto. Su primera muestra colaborativa se presentaba bajo el título de Contemporary Spanish Photography, realizada en Albuquerque en 1985. Poco a poco se irían sucediendo Photographen Aus Spanien en Essen; After Franco en la Marcuse Pfeiffer Gallery de Nueva York; Cuatro Direcciones de la Fotografía Contemporánea Española en Madrid; Chefs d’Oeuvre de la Photographie, les Années 70 en Lausana; Géneros y tendencias en los albores del siglo XXI en Madrid; De la Rebelión a la Utopía (Fotografía de los años 60-70) en Barcelona; Artistas Españolas en Europa en Finlandia, París y Nueva York; Femmes Photographers en París, y otras muchas a nivel mundial.

LA AGENCIA MAGNUM

Uno de los grandes triunfos de su carrera fue el ingreso en la Agencia Magnum de Fotoperiodismo en el año 2009, después de un proceso de selección que se alargó hasta los cuatro años de duración. Se trata de un doble reconocimiento puesto que son muy pocos los españoles y las mujeres que forman parte de este selecto grupo. Hasta su llegada, no había ningún español y tan solo seis mujeres formaban parte de la agencia que en 1947 fundaran Henri Cartier-Bresson, Robert Capa y David Seymour. “No sé por qué no hay más mujeres en Magnum; tampoco sé por qué no hay más fotógrafos españoles en general” declaraba durante una entrevista. La fotógrafa considera importante su ingreso en la cooperativa “primero por ser mujer, segundo por la edad que tengo, y tercero por entender mi fotografía, que es fotografía de lo cotidiano”.

Una de las razones fundamentales para hacer efectivo su ingreso en Magnum fue el hecho de poder compartir la experiencia con “sabios de la fotografía”, así como la certeza de saber que sus imágenes serán conservadas y valoradas cuando ella muera. “Qué va a pasar con mis archivos cuando yo muera, yo quiero que vivan aunque yo ya no esté, y ellos lo saben conservar muy bien, al igual que el valorar mi trabajo y que no abusen de mí. Es una agencia que te respeta”, explicaba Cristina García Rodero.

Sus expectativas se mantienen altas en cuanto a su legado, pues su objetivo es transmitir pasión y amor con cada una de sus fotografías. Espera que cuando alguien vea sus instantáneas encuentre poesía y lo real devenga en surreal.

Pertenecer a Magnum ha dado pie a que muchos teóricos comparen su obra con la de Robert Capa, Sebastiao Salgado o, especialmente, con la de Cartier-Bresson, ya que sus imágenes aparecen juntas en algunos libros. “A mí las comparaciones nunca me han gustado, el que ambos queramos hacer un trabajo serio con dedicación, es lo que nos define. Capa se jugó la vida y la dio. Cartier-Bresson es el referente del fotorreportaje”, sentencia la fotógrafa.

PREMIOS Y PUBLICACIONES

En su dilatada carrera ha recibido innumerables premios, entre ellos destacan el Premio Eugene Smith de Fotografía Humanista y el Premio Dr. Erich Salomón, ambos en 1990; el World Press Photo en la categoría de Arte en el año 1993; el Premio Nacional de Fotografía en 1996; el Premio Godó de Fotoperiodismo en el 2000; la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes en 2005; el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid a la trayectoria artística en 2006; la Medalla de Oro al mérito en el trabajo por parte del Gobierno de España; o la Medalla de Oro de la Comunidad de Castilla la Mancha en este mismo año.

Gran parte de su obra queda plasmada en los libros que ha publicado acerca de sus reportajes. España Oculta, Rabarka o monte das 600 cruces: una peregrinación ortodoxa en Polonia, Lo festivo y lo sagrado, Cristina García Rodero, peregrinación a Santiago en Haití, Benicàssim: el Festival y Trastempo son los títulos de las siete obras publicadas que guardan de manera imborrable su legado fotográfico. 

LEGADO FOTOGRÁFICO

España Oculta

España Oculta es una obra de arte fotográfica. Se trata del primer trabajo que realizó Cristina García Rodero, gracias al cual consiguió abrirse paso en el ámbito de la fotografía. Además de ser el primero, este reportaje es probablemente el más conocido y comentado de la artista de Puerto Llano para el que dedicó 15 años de su vida. Se considera como un viaje en blanco y negro a los festejos de “un país que salía de 40 años de oscuridad y que cambiaba muy muy rápido para bien”

Este meticuloso trabajo fue reconocido con el Book of the Year Award, otorgado por la Arles Festival of Photography cuando fue publicado en 1989, mismo año que se alzó con el prestigioso premio Eugene Smith de Fotografía Humanista. Conseguía así el merecido reconocimiento de uno de los padres del reportaje fotográfico como si de un anticipo de lo que sería su trayectoria se tratara. 

Desde el principio mostró una predilección por captar la espiritualidad de los seres humanos, sus creencias, fiestas y actividades en un marco popular tan rico como desconocido en la mayoría de ocasiones. Los pueblos de España le sirvieron como escenario para su creación, en la que refleja, por un lado, los elementos rituales de la fiesta con un tono enigmático, medio burlesco y medio terrorífico, y por otro, la pura expresión de la fe religiosa y el papel de los toros en las diversas celebraciones regionales españolas. 

Su trabajo nos hace reflexionar acerca de la evolución que el mundo rural ha experimentado durante los últimos tiempos mediante imágenes tan crudas que rozan la fantasía. El “meón” del carnaval, el page de la cruz y la niña de blanco en las puertas de un sombrío cementerio gris son imágenes de este reportaje que han pasado a la historia mundial de la fotografía.




Rituales en Haití

El trabajo más exótico de la fotógrafa es sin lugar a dudas Rituales en Haití, una colección de un centenar de fotografías tomadas entre 1997 y 2003. La espiritualidad del ser humano es de nuevo una de las constantes en la recopilación de García Rodero que, ante la falta de documentación acerca del tema, llevó a cabo una investigación en primera persona para conocer más acerca de esta primitiva sociedad.

“De repente me encontré en Haití, con ese pueblo que tanto ha sufrido. Me quedé muy impresionada con el vudú, la religión en la que se refugian, que el hombre blanco se ha ocupado de desprestigiar. Son un pueblo luchador y muy rico, pero también muy sufridor y muy artístico. Con ellos pude retratar mis obsesiones: las dualidades. Existe una porque existe otra: lo natural y lo sobrenatural; lo religioso y lo pagano; la vida y la muerte; el cuerpo y el alma. Y espero que esa impronta esté presente en mi obra”, desarrollaba García Rodero sobre esta obra en la que transcienden los límites de lo sociológico para adquirir tintes de una gran profundidad artística.



Con la boca abierta

Con la boca abierta es el último proyecto publicado por Cristina García Rodero. Se trata de un repertorio formado por 55 fotografías tomadas en los cinco continentes en su habitual blanco y negro, que recoge imágenes de 43 años de trayectoria con un solo hilo conductor: sus protagonistas aparecen siempre “con la boca abierta”. Desde procesiones religiosas en España hasta trances caribeños, pasando por nacimientos, muertes, o celebraciones del orgullo gay, García Rodero expone en esta muestra los trabajos inéditos de una vida de dedicación.

“Nunca me había fijado en la boca, siempre en los ojos, hasta que me di cuenta de que la boca era mucho más expresiva porque da salida y entrada a sentimientos, comidas, gritos, dolor, sensualidad…”, comentaba la autora en la presentación de su trabajo. Aunque todos los protagonistas tienen la misma expresión, ninguno parece transmitir lo mismo. 


CONCLUSIONES

El trabajo de Cristina García Rodero merece ser clasificado como una de las mejores carreras fotográficas de nuestro país. La dedicación y empeño quedan plasmados en cada proyecto de la autora, cuya fotografía manifiesta siempre un hondo interés por el comportamiento humano con un estilo poético de gran fuerza emocional. 

Su estilo guarda similitudes con el de algunas figuras míticas de la fotografía como Robert Capa, Cartier-Bresson o Sebastiao Salgado, pero mantiene siempre un sello personal que hace de sus instantáneas un legado personal que sin duda, dejará huella en las futuras generaciones de fotógrafos.

Aunque su trabajo no puede considerarse fotoperiodista como tal, debido principalmente al tiempo que dedicada a cada proyecto, García Rodero ha creado una inigualable biblioteca documental acerca de las costumbres del ser humano que de otra forma hubieran pasado desapercibidas y habrían desaparecido con el paso de los años. En sus desplazamientos por España y, especialmente por el resto del mundo, ha llevado a cabo un indudable trabajo periodístico al recabar datos de las distintas costumbres y tradiciones, y dejarlos plasmados en sus imágenes. 

El tiempo y los medios empleados en cada viaje, que a primera vista podrían calificarse de excesivos, parecen pocos cuando se observa el resultado final de su obra. Por esta razón, su ingreso en la Agencia Magnum, uno de los grandes hitos de su vida laboral, y cada uno de los premios obtenidos a lo largo de los años, se convierten en el modesto reconocimiento que el mundo de la fotografía podía dedicarle.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Mujer en medios deportivos: Entrevista a Elena Villaécija

Elena Villaécija durante
la entrevista en Radio Marca
Risueña, positiva y tímida. Así es Elena Villaécija y así es como se deja ver ante la cámara. Sus años de experiencia frente a un micrófono hablando para miles de personas no han conseguido quitarle los nervios previos a una entrevista. 

Elena Villaécija es un ejemplo de mujer en un mundo hombres, pues siempre ha trabajado en medios de comunicación deportivos. Actualmente forma parte del selecto equipo de Radio Marca, la radio especializada en deportes que más oyentes acumula según los datos del Estudio General de Medios. Su juventud no es para nada sinónimo de inexperiencia, de hecho, desborda profesionalidad cuando locuta en la radio.

Su visión acerca de la figura de la mujer en los medios de comunicación es tremendamente positiva. "No creo que el periodismo sea una profesión machista", asegura. Elena conoce muy bien cómo funcionan las cosas en una redacción porque lo vive desde dentro, y dice sentirse a gusto con su trabajo, afirmando que nunca ha visto machismo en su entorno. 

Reconoce que su edad puede haberle favorecido en ese aspecto: "Yo nunca he vivido una situación de desigualdad pero quizás las generaciones anteriores sí tuvieron que pasar por eso". Pero, en su opinión, actualmente los medios de comunicación son equitativos, incluso en el ámbito deportivo en el que ella se desenvuelve. "Todas las mujeres con las que he trabajado en Deportes estaban muy bien valoradas, a la misma altura que cualquier otro compañero, porque sabían realizaban bien su trabajo".

Por contra, explica que el número de hombres de las redacciones de deporte es siempre mayor que el de mujeres, "quizás porque hay más hombres interesados en este campo". De sus años de carrera recuerda que había más estudiantes femeninas que masculinos, aunque esa proporción no se equipare con la que luego ha encontrado en las redacciones. Pero mantiene una visión optimista en cuanto al futuro, ya que cada día más chicas se interesan por el mundo del deporte desde las facultades de periodismo.
Elena Villaécija durante la entrevista en Radio Marca
En cuanto a los estereotipos de la mujer periodista deportiva, realiza una diferencia según el medio de comunicación en cuestión. Considera que la televisión es un medio más polémico que la radio o la prensa escrita puesto que entra en juego la imagen. "Si una periodista es guapa y hace bien su trabajo, perfecto; pero si el requisito para que le dejen hacer ese trabajo es ser guapa...". Deja la frase en el aire, expresando mediante el silencio su coherente visión acerca de las diferencias de géneros.

La percepción de Elena se contrapone con la idea preconcebida por gran parte de la sociedad, que tilda de machistas a los medios de comunicación, con especial mención a las secciones deportivas. Aunque es precavida no quiere generalizar, su experiencia en el mundo laboral es un soplo de aire fresco en lo que a feminismo se refiere, aportando un punto de vista diferente que perfila un horizonte optimista para cualquier mujer que en un futuro quiera dedicarse al que García Márquez calificaba como el oficio más bonito del mundo.

La conclusión que obtenemos después de hablar con Elena Villaécija es que son otras cuestiones más allá del género las que determinan el éxito en el mundo del periodismo: el trabajo, la constancia y, muy especialmente en su caso, la alegría y el optimismo que lleva por bandera.

Elena Villaécija durante la entrevista en Radio Marca

viernes, 6 de mayo de 2016

Feminismo en la Complutense

La Universidad Complutense de Madrid es uno de los centros de enseñanza más comprometidos con el feminismo en nuestro país. Entre sus muros se imparten asignaturas que conciencian a los estudiantes de la importancia de la igualdad de género, se realizan investigaciones y estudios acerca de la implantación de un sistema paritario y se deja paso al debate entre alumnos.

En la Facultad de Ciencias de la Información, donde se forman futuros periodistas, publicistas y comunicadores, se llevan a cabo jornadas feministas de manera habitual. En ellas, los estudiantes se organizan de manera autónoma y se reúnen para compartir impresiones y discutir sobre la evolución, situación actual y futura del feminismo en España y en los ámbitos estudiantiles y laborales.

Estos actos son en muchas ocasiones pequeñas reuniones entre amigos cuyo objetivo es aportar su granito de arena a favor de la igualdad. Estos jóvenes dejan a un lado la arraigada idea de que "el feminismo es cosa de mujeres" y participan en asambleas y debates en el que el público es tanto femenino como masculino. "La igualdad es cosa de todos y los hombres debemos estar activos para que se provoque un cambio de mentalidad en la sociedad y por fin haya una paridad real", afirma uno de los jóvenes.


Debate sobre feminismo entre alumnos de la Universidad Complutense

La charla en este caso comienza invitando a los alumnos a reflexionar: ¿Una mujer tiene las mismas posibilidades de ser contratada por una empresa que un hombre?. "La situación laboral de la mujer en España ha mejorado mucho desde hace unas décadas hasta ahora. Sin embargo, siguen existiendo diferencias que las sitúan en una posición de inferioridad respecto a los hombres: salarios más bajos, puestos de menor responsabilidad, ¡e incluso menos contrataciones por si se quedan embarazadas!", comenta una de las participantes.

La diferencia de salarios por realizar el mismo salario, la escasa presencia de mujeres en los puestos directivos o las entrevistas de trabajo de corte sexista son los temas principales de este encuentro, que continúa entre los estudiantes incluso una vez finalizado el tiempo de debate. La conclusión que sacan de estas enriquecedoras jornadas es que aún queda mucho por avanzar en materia de igualdad.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Corresponsal es una palabra que no tiene género

Con motivo del 40 aniversario de su nacimiento, el periódico El País organizaba esta semana una serie de actos para poner en relieve sus cuatro décadas de historia. Entre las propuestas encontramos un debate entre cuatro de sus corresponsales más célebres: Ángeles Espinosa, Pilar Bonet, Macarena Vidal y Yolanda Monge, periodistas en el Golfo, Moscú, Pekín y Washington, respectivamente.

El Palacio de Cibeles fue el lugar elegido para acoger la primera edición de Mujeres corresponsales, una ponencia en la que el público, presencial y online, pudieron dirigirse a las periodistas para realizar preguntas y comentar aspectos acerca de la mujer y su papel en el periodismo.

Mujeres Corresponsales: la experiencia de cuatro periodistas
 El coloquio, moderado por David Alandete, director adjunto del diario, se centró en el trabajo de un corresponsal: ser testigo directo de la realidad y saber distanciarse de lo que está ocurriendo para saber contarlo con objetividad.


“¡Corresponsal! Yo no soy la corresponsal, soy corresponsal, hay que señalar que es una palabra que no tiene género”, arrancaba Pilar Bonet. Bonet es una referencia internacional, lleva desde 1980 cubriendo la información de Europa del Este y desde 1982 en Moscú. Durante el conflicto de Crimea en 2014, por ejemplo, fue la encargada de hacer llegar la información hasta nuestro país. 

Trabajar en lugares donde la desigualdad en materia de derechos es una evidencia, ha puesto en serias dificultades a estas corresponsales. “Ser periodista en los países en los que las mujeres tienen las libertades y los derechos restringidos es difícil para todos; hombres y mujeres. Pero las mujeres que llegamos de fuera somos como un tercer sexo, somos unas privilegiadas porque la mayoría de las veces no nos tratan como mujeres sino como hombres honorarios”, explicaba por su parte Ángeles Espinosa, que actualmente tiene su base en Dubai pero ha trabajado en países como Irán, Irak, Egipto o Emiratos Árabes.

Pese a esas ventajas sobre la población local, las mujeres periodistas deben ir en muchos casos acompañadas por un compañero varón para poder realizar su trabajo. Sin embargo, Espinosa asegura que muchas veces funciona olvidar el límite y lanzarte, de esta forma logró entrevistar al jefe del Gobierno talibán, por ejemplo. Asimismo, asegura que se preocupa mucho de dar voz a las mujeres en sus crónicas.

El resultado fue una charla en la que las cuatro mujeres dieron voz a sus propias historias, mujeres que salieron del país con la valentía de enfrentarse a un mundo totalmente diferente: nuevo idioma, nueva cultura, nueva gente, nuevas normas. Hora y media que adentró a los oyentes en un mundo desafiante y complejo. Corresponsales que cubren noticias en países donde informar está mal visto y a veces se paga con la cárcel o la muerte. Ser corresponsal y mujer a la vez, es aún más complicado.

Fin del coloquio de Mujeres Corresponsales

martes, 3 de mayo de 2016

Mujer en los deportes y los medios: Entrevista a Paloma del Río

Puede que muchos no reconozcan su nombre o su rostro, pero su voz nunca pasa desapercibida. Paloma del Río es la voz de los deportes minoritarios en nuestro país y una de las periodistas españolas más reconocidas a nivel internacional. Además, está firmemente comprometida con el papel de la mujer en los medios de comunicación y cada día lucha por aumentar la presencia y repercusión del género femenino en la televisión.

Lleva haciendo transmisiones de gimnasia rítmica y artística desde 1989 y de patinaje desde 1994, y cuenta con 13 Juegos Olímpicos en su trayectoria, lo que le convierte en la periodista española que más Olimpiadas ha cubierto. Su carrera profesional siempre ha estado ligada a estos deportes y a Televisión Española, donde actualmente ocupa el puesto de Coordinadora de patrocinios y Federaciones desde la Dirección de Deportes, lugar en el que nos recibe para realizar la entrevista de Fotogenic-as. Gracias a su influencia en los medios de comunicación públicos, Paloma es una de de las mujeres más influyentes en cuanto a feminismo y deportes femeninos de España.

Paloma del Río durante la entrevista en TVE 
¿Cómo es la situación actual de la mujer en los medios de comunicación?

Históricamente la mujer lleva en todos los ámbitos de la sociedad un retraso con respecto a la categoría masculina de aproximadamente una generación, y esto afecta también a los medios de comunicación y en el mundo del deporte. No es lo mismo la presencia que se le da a la mujer  en la televisión, ni en la radio ni en la prensa escrita. Desde mi punto de vista como persona que se ha pasado la vida peleando por que la reivindicación de la mujer en los medios sea mayor, creo que es insuficiente. 


¿Cuál ha sido su experiencia personal en el mundo del periodismo deportivo?

Yo formo parte de esa primera generación, de las pioneras. Cuando yo llegué a Televisión Española ya había algunas mujeres en los medios públicos, pero acabábamos de empezar y teníamos muy poca presencia. Yo sabía que quería ser periodista deportiva, un mundo de hombres, y conseguí hacerme un hueco con constancia y trabajo.Ese grupo pionero con Mari Carmen Izquierdo, María Antonia Martínez, Elena Sánchez, Mari Cruz Esteban, María Escario, Olga Viza y yo, abrimos una brecha que luego han seguido muchas chicas y me siento muy contenta la verdad.



¿Fue un obstáculo ser mujer en un ámbito de hombres?

En aquella generación de periodistas clásicos, futboleros, de toda la vida nos vieron un poco como "qué hacen estas niñas aqui". Había un matiz machista, siempre cuestionando y siempre teniendo que dar explicaciones sobre por qué hacías las cosas. Pero llega un momento que si le paras los pies a este tipo de personajes, te haces tu hueco y le dices “tanto derecho tienes tú a hacer periodismo deportivo como lo tengo yo”, la cosa cambia. Yo tengo una personalidad fuerte y con la mejor de mis sonrisas te puedo mandar a hacer puñetas, pero si eres una persona apocada o más sensible, estás en peligro porque ese tipo de personas y de personajes, con esas éticas y esas ideas de que pasando por la cama de alguien siempre vas a conseguir las cosas, siguen existiendo y yo creo que siempre existirán.

¿Ha evolucionado la situación de la mujer en los medios de comunicación en los últimos años?

Afortunadamente sí. Desde que yo entré, poco a poco he visto cómo entraban más mujeres a los medios, especialmente al ámbito deportivo que es donde me muevo. Además, los deportes minoritarios en general, y los femeninos en particular, han aumentado mucho su presencia en los medios.

¿Y la mentalidad masculina?

No les ha quedado otra que evolucionar y cuantos más hombres se sumen a este proyecto, mejor. Un profesional siempre debe rodearse del mejor equipo, ya sea hombre o mujer. Hay gente que solo quiere trabajar con mujeres al igual que otros solo quiere rodearse de hombres. Lo importante es crear un buen equipo, y demostrar que las mujeres son tan válidas como los hombres.

Paloma del Río durante la entrevista en TVE

Según la Asociación de Prensa de Madrid, hay más mujeres que hombres en las facultades de periodismo, pero luego estas no llegan a los puestos de importancia.

Es cierto, pero no deja de ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos. En el consejo administrativo de cualquier gran empresa sólo hay hombres, y una cantidad muy pequeña de mujeres. Hombres y mujeres tenemos formas diferentes de trabajar, ni mejores ni peores. Yo creo que los hombres se sienten más tranquilos rodeados de hombres, pero deben entender que la visión del lado femenino les vendría muy bien

¿Qué opina del estereotipo de periodista femenina en la televisión?

Si comparamos el estereotipo de periodista en España frente al mundo anglosajón por ejemplo, encontramos muchas diferencias. Allí valoran la madurez, los años de experiencia... aquí vamos por el lado contrario, buscando la cara bonita, la juventud de los que acaban de empezar, que tienen muchas expectativas y mucha ilusión, pero les falta experiencia. Esto se refleja en el campo audiovisual, donde los que presentan son jóvenes lozanos y detrás de la cámara se encuentran los profesionales con años de trabajo a su espalda.

En cuanto al campo de los Juegos olímpicos, también ha existido un ambiente machista hasta hace muy poco tiempo.

Como en otros a aspectos, ahí tenemos mucho que agradecerle a Joan Antoni Samaranch, por toda la gestión que ha realizado en su candidatura como presidente del Comité Olímpico Internacional durante más de 20 años. Hasta que él entró a dirigirlo en el año 1980, el Comité era un ente con una estructura, unos medios de vida y una forma de ver las cosas muy diferentes. Él llegó y revolucionó todo; no solo en el aspecto económico, precisamente también en el aspecto femenino. Con mucho trabajo, muchos años y un gran equipo, se consiguió que empezaran a aparecer las mujeres dentro de la Comisión, la igualdad, la equiparación del deporte masculino y femenino... A partir de ahí empezó en cascada a pasar a otros estamentos como el Comité Olímpico Español o el Consejo Superior de Deportes. Y no solo eso, el Comité Olímpico tiene el departamento de Mujer y Deporte que promueve de manera continua actuaciones y conferencias en pro de la igualdad.

¿Por qué no se le da visibilidad a ese tipo de actuaciones?

Reivindicamos en voz baja, no tenemos otro altavoz aunque ahora las redes sociales nos ayudan. Cada uno desde su medio da la visibilidad que puede, porque a un nivel más grande no interesa. Salvo los que estamos muy involucrados en estos temas, nadie se entera de estas conferencias. Lo sabemos las que estamos interesada, vemos cómo es la legislación en otros países, cómo se aplican, cómo apoyan no solo el mundo femenino en la sociedad sino también los deportes...


No sería necesario hablar de las mujeres en los medios de comunicación si ya recibieran el mismo tratamiento de los hombres...

Las mujeres que nos dedicamos a reivindicar el espacio de las mujeres, peleamos porque tanto a las periodistas como a las deportistas se les coloque en el espacio que se merecen. Pero existe un ambiente endogámico y siempre somos las mismas mujeres reivindicando, promocionando y dando valor al ámbito femenino. De vez en cuando aparece algún hombre que cree en este proyecto y quiere colaborar, pero a largo plazo siempre somos las mismas mujeres las que nos encontramos en las charlas, conferencias y mesas redondas luchando por la igualdad. A mí me agrada ver que hay personas que se van sumando, que se dan cuenta de que hay una desigualdad, algo que no es equitativo ni justo. Me gusta que, al igual que yo he recogido el testigo de otras generaciones, vengan personas, hombre y mujeres, por detrás de mí reivindicando que a la sociedad femenina en general se le coloque en el lugar que se merece. 
Paloma del Río durante su entrevista en TVE