Los medios de comunicación constituyen un escenario en el que tradicionalmente han destacado los hombres. Con el paso del tiempo, las mujeres se han ido abriendo paso, reivindicando su lugar en el mundo de la comunicación. Sin embargo, a día de hoy siguen existiendo las diferencias entre géneros.
Sobre esta cuestión, Asunción Bernárdez Rodal tiene mucho que aportar y aclarar. Se trata de la directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense, que además imparte clase de Comunicación y Género, Semiótica de los Medios de Masas y Teoría de la Información en la Facultad de Ciencias de la Información. En el año 2015 presentó su libro «Mujeres en Medio(s): propuestas para analizar la comunicación masiva con perspectivas de género», en el que teoriza acerca del papel y la evolución de la mujer en los medios de comunicación.
Asunción Bernárdez, autora del libro Mujeres en Medio(s) |
¿Cómo están ahora mismo vistas las mujeres en el mundo de la
comunicación? ¿Es justa la visión que se tiene de las periodistas?
Yo creo que las mujeres en el
periodismo todavía tienen que pagar un canon extra en relación a cómo van
vestidas o como dan ante la cámara. En general, a las mujeres en los medios se
les sigue midiendo por el físico que dan en la cámara. La edad media de las
mujeres presentadoras es bastante más baja y es más difícil para una mujer
estar muchos años en los medios por esa exigencia.
¿Es mayor la exigencia en ámbitos como, por ejemplo, el deporte?
La verdad que, como es un ámbito
masculinizado, no lo conozco. El mundo de los deportes y la representación del
deporte es muy masculino. La mayoría de las noticias son de deportistas varones
y los periodistas suelen ser hombres. Creo que es una cosa simbólica que haya
alguna mujer en ese sentido.
Según los datos de la APM (Asociación de Prensa de Madrid), las mujeres tienen cada vez más presencia en
los medios de comunicación pero no consiguen ocupar cargos altos en ellos. ¿A
qué se debe esto?
No solamente en los medios. Pasa
en todo tipo de empresas. Se suelen llevar estructuras jerárquicas y los
puestos de decisión están reservados para los hombres. Ahora mismo estamos en
un momento de pereza social. Muchas veces son dinámicas conscientes y otras
inconscientes. Por ejemplo, si una mujer va a ser madre, se tiende a librarla
de crecer en el plano profesional. Muchas veces son cosas inconscientes. No
existe la naturalidad de pensar en una mujer. También es verdad que las mujeres
mostramos todavía cierta inseguridad porque hemos aprendido a pensar que el
poder en el trabajo es una cosa masculina.
Queda, evidentemente, mucho camino por recorrer pero… ¿se ha avanzado
en algo en este sentido?
La situación ha ido cambiando
pero no todo lo deprisa que debería. Hace poco la comunidad europea nos ha
avisado que estamos en niveles muy bajos de representación de mujeres en
Congresos de Grandes Empresas. En Alemania están incorporando leyes para ir
caminando hacia ello y en España queda camino por recorrer.
¿Hay alguna clave para conseguir esa igualdad?
Yo creo que los poderes públicos
deben intentar actuar lo antes posible. Esto que la gente llama cuotas de
representación, cuando no se producen naturalmente, se debería intervenir y eso
debería haberse equilibrado. Sí que es verdad que en segundos puestos
encontramos mujeres.
¿Se sigue pensando que la mujer no está capacitada para dirigir o para
tener más responsabilidad que el hombre?
La verdad que es un momento
contradictorio porque ya sabemos que las mujeres consiguen grandes resultados
en los estudios, en las oposiciones y yo creo que nadie nos diría abiertamente
que los hombres tienen más capacidad que las mujeres. Depende de muchos
factores pero en empresas donde media el dinero, el acceso es más difícil para
las mujeres.
¿Ha sentido alguna vez discriminación en el ámbito del periodismo por
algún aspecto determinado? Hablaba antes de que las mujeres tenían que tener
una imagen para estar en pantalla…
Esa, por ejemplo, es una forma de
presión de las mujeres. Los cánones de belleza cuestan un tiempo y un trabajo.
Si pensamos cuanto tiempo tenemos que utilizar las mujeres y los hombres en ese
sentido tenemos nosotras que invertir mucho más. Y al final eso te quita tiempo
de tu ocio y de tu vida.
Asunción Bernárdez durante la entrevista para Fotogenic-as |
Pasamos a profundizar un poco más en su libro, Mujeres en Medio(s). ¿Cómo explica el nombre
de su libro?
La verdad es que es casi una
broma. Los temas de mujeres siempre parecen estar en medio, molestando porque
son temas que cuestan integrar en los planes de estudio. Hace referencia a como
estamos en el medio dentro de los medios como una cosita un poco que no se
acaba de integrar del todo.
¿Qué es lo que le lleva a escribir este libro?
El libro está dedicado
básicamente a mis estudiantes porque durante unos años di una asignatura que se
llamaba Mujeres en Medios de Comunicación antes de la que existe ahora de
Comunicación y Género. Y la verdad que cuando hacemos estudios de estos temas
nos encontramos como con un problema: que vamos a trabajar con una cuestión que
nos preocupa mucho. Nos preocupa ser
mujeres u hombres porque hemos aprendido a ser diferentes. Pero no lo hemos
aprendido de una manera neutra sino que lo hemos hecho con una serie de rutinas
comunicativas. Desde pequeños, aprendemos a ser hombres o mujeres. Estudiar género
es posicionarnos ahí, el distanciarnos de ser masculino o femenino. Tenemos que
pensar en las claves de género de una manera distinta porque tenemos que
analizar las cosas de manera objetiva. Este libro responde a como se construye
lo femenino y lo masculino a través de los medios.
Habla de que lo masculino y lo femenino siempre se construye de forma
contrapuesto. ¿Cómo se puede acabar con esto? Es decir, que no se piense en
hombres o en mujeres sino en personas.
Primero reflexionando y luego
actuando. La clave de la teoría feminista es acabar con la construcción de los
géneros. Yo creo que tenemos que educar a los niños y a las niñas de una manera
igualitaria. Que no se nos diga que hay que vestir de rosa o que jugar al
fútbol es de chicos. Lo importante es la base.
Pasando por otra de las etapas que nos deja su libro: La publicidad. No
es estrictamente un medio de comunicación pero lo cierto es que su presencia en
ellos es bastante abundante… ¿Hasta qué punto hay sexismo en este ámbito?
Yo creo que muchas veces echamos
mucha culpa a la publicidad como sistema que refuerza las diferencias pero es
solo un elemento más. Para mí es más grave que esto se produzca en el sistema
informativo. Pensamos que en los telediarios se nos dan una idea que parece la
realidad y no es así aunque nos la creemos porque la consideramos ciertas. La
publicidad, sin embargo sabemos que es mentira, es decir, que por echarte un
tipo de desodorante no vas a conseguir tener a todas las mujeres a tu alcance.
Ha dicho una cosa antes que es que los niños deberían ser educados en
igualdad, sin estereotipos. Lo cierto es que en la Universidad Complutense, por
ejemplo, hay jornadas a favor de la igualdad y eventos de esta índole. ¿Cree
que las nuevas generaciones tienen más conciencia en este sentido?
Cuando yo fui estudiante, a
principios de los 80, no se me habló de estudios de género. Ahora, yo pienso
que es más fácil que la gente se encuentre con estos debates. Yo creo que en
España, el debate ha cambiado muchísimo. Pero el problema es que seguimos
dejando las cosas a casualidad. Por ejemplo, en la facultad de Ciencias de la
Información, solo los periodistas tienen posibilidad de cursar una asignatura
relacionada con el género.
Otro de los puntos de debate que se está dando en los medios impresos
es el desdoblamiento de los géneros. ¿Es necesario utilizar el nosotros y
nosotras y hacer referencia a los dos géneros cuando nos dirijamos a un grupo
amplio?
Yo creo que hay que desdoblar. Lo
que primero hace el lenguaje es nombrar. Si la realidad no se nombra, no
existe. Si no hablo de algo, no existe. Lo que pasa es que hay mucha presión
por la RAE, que dice que el masculino que vale para todo. Bueno, pues eso es
una verdad a medias. Sobre todo, ponen normas que ellos no cumplen. Por ejemplo,
la Real Academia pone una norma para colocar el abecedario que es ABCD… pero a
la hora de definir, las palabras se enuncian diciendo niño/a, abuelo/a…
Entonces te preguntas, ¿por qué va el femenino detrás siempre? La respuesta es
el sistema patriarcal que va implícito en el lenguaje. Se supone que lo
masculino debe preceder a lo masculino. Lo principal en la lengua es nombrar y
que nos nombren.
Pese a todo, hay gente que dice que suficientes cosas hay para
preocuparse como para hacerlo de estas…
Lo que es curioso es la
irritación que produce. La gente suele decir que le da igual pero si tu vas a
un grupo con 5 chicas y 4 chicos y les tratas con el femenino, la gente se
ofende.
Asunción Bernérdez firmando un ejemplar de su libro |