miércoles, 27 de abril de 2016

Mujeres en Medio(s): Entrevista a Asunción Bernárdez Rodal

Los medios de comunicación constituyen un escenario en el que tradicionalmente han destacado los hombres. Con el paso del tiempo, las mujeres se han ido abriendo paso, reivindicando su lugar en el mundo de la comunicación. Sin embargo, a día de hoy siguen existiendo las diferencias entre géneros.

Sobre esta cuestión, Asunción Bernárdez Rodal tiene mucho que aportar y aclarar. Se trata de la directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense, que además imparte clase de Comunicación y Género, Semiótica de los Medios de Masas y Teoría de la Información en la Facultad de Ciencias de la Información. En el año 2015 presentó su libro «Mujeres en Medio(s): propuestas para analizar la comunicación masiva con perspectivas de género», en el que teoriza acerca del papel y la evolución de la mujer en los medios de comunicación.

Asunción Bernárdez, autora del libro Mujeres en Medio(s)

¿Cómo están ahora mismo vistas las mujeres en el mundo de la comunicación? ¿Es justa la visión que se tiene de las periodistas?

Yo creo que las mujeres en el periodismo todavía tienen que pagar un canon extra en relación a cómo van vestidas o como dan ante la cámara. En general, a las mujeres en los medios se les sigue midiendo por el físico que dan en la cámara. La edad media de las mujeres presentadoras es bastante más baja y es más difícil para una mujer estar muchos años en los medios por esa exigencia.

¿Es mayor la exigencia en ámbitos como, por ejemplo, el deporte?

La verdad que, como es un ámbito masculinizado, no lo conozco. El mundo de los deportes y la representación del deporte es muy masculino. La mayoría de las noticias son de deportistas varones y los periodistas suelen ser hombres. Creo que es una cosa simbólica que haya alguna mujer en ese sentido.

Según los datos de la APM (Asociación de Prensa de Madrid), las mujeres tienen cada vez más presencia en los medios de comunicación pero no consiguen ocupar cargos altos en ellos. ¿A qué se debe esto?

No solamente en los medios. Pasa en todo tipo de empresas. Se suelen llevar estructuras jerárquicas y los puestos de decisión están reservados para los hombres. Ahora mismo estamos en un momento de pereza social. Muchas veces son dinámicas conscientes y otras inconscientes. Por ejemplo, si una mujer va a ser madre, se tiende a librarla de crecer en el plano profesional. Muchas veces son cosas inconscientes. No existe la naturalidad de pensar en una mujer. También es verdad que las mujeres mostramos todavía cierta inseguridad porque hemos aprendido a pensar que el poder en el trabajo es una cosa masculina.

Queda, evidentemente, mucho camino por recorrer pero… ¿se ha avanzado en algo en este sentido?

La situación ha ido cambiando pero no todo lo deprisa que debería. Hace poco la comunidad europea nos ha avisado que estamos en niveles muy bajos de representación de mujeres en Congresos de Grandes Empresas. En Alemania están incorporando leyes para ir caminando hacia ello y en España queda camino por recorrer.

¿Hay alguna clave para conseguir esa igualdad?

Yo creo que los poderes públicos deben intentar actuar lo antes posible. Esto que la gente llama cuotas de representación, cuando no se producen naturalmente, se debería intervenir y eso debería haberse equilibrado. Sí que es verdad que en segundos puestos encontramos mujeres.

¿Se sigue pensando que la mujer no está capacitada para dirigir o para tener más responsabilidad que el hombre?

La verdad que es un momento contradictorio porque ya sabemos que las mujeres consiguen grandes resultados en los estudios, en las oposiciones y yo creo que nadie nos diría abiertamente que los hombres tienen más capacidad que las mujeres. Depende de muchos factores pero en empresas donde media el dinero, el acceso es más difícil para las mujeres.

¿Ha sentido alguna vez discriminación en el ámbito del periodismo por algún aspecto determinado? Hablaba antes de que las mujeres tenían que tener una imagen para estar en pantalla…

Esa, por ejemplo, es una forma de presión de las mujeres. Los cánones de belleza cuestan un tiempo y un trabajo. Si pensamos cuanto tiempo tenemos que utilizar las mujeres y los hombres en ese sentido tenemos nosotras que invertir mucho más. Y al final eso te quita tiempo de tu ocio y de tu vida.

Asunción Bernárdez durante la entrevista para Fotogenic-as
Pasamos a profundizar un poco más en su libro, Mujeres en Medio(s). ¿Cómo explica el nombre de su libro?

La verdad es que es casi una broma. Los temas de mujeres siempre parecen estar en medio, molestando porque son temas que cuestan integrar en los planes de estudio. Hace referencia a como estamos en el medio dentro de los medios como una cosita un poco que no se acaba de integrar del todo.

¿Qué es lo que le lleva a escribir este libro?

El libro está dedicado básicamente a mis estudiantes porque durante unos años di una asignatura que se llamaba Mujeres en Medios de Comunicación antes de la que existe ahora de Comunicación y Género. Y la verdad que cuando hacemos estudios de estos temas nos encontramos como con un problema: que vamos a trabajar con una cuestión que nos preocupa mucho.  Nos preocupa ser mujeres u hombres porque hemos aprendido a ser diferentes. Pero no lo hemos aprendido de una manera neutra sino que lo hemos hecho con una serie de rutinas comunicativas. Desde pequeños, aprendemos a ser hombres o mujeres. Estudiar género es posicionarnos ahí, el distanciarnos de ser masculino o femenino. Tenemos que pensar en las claves de género de una manera distinta porque tenemos que analizar las cosas de manera objetiva. Este libro responde a como se construye lo femenino y lo masculino a través de los medios.

Habla de que lo masculino y lo femenino siempre se construye de forma contrapuesto. ¿Cómo se puede acabar con esto? Es decir, que no se piense en hombres o en mujeres sino en personas.

Primero reflexionando y luego actuando. La clave de la teoría feminista es acabar con la construcción de los géneros. Yo creo que tenemos que educar a los niños y a las niñas de una manera igualitaria. Que no se nos diga que hay que vestir de rosa o que jugar al fútbol es de chicos. Lo importante es la base.

Pasando por otra de las etapas que nos deja su libro: La publicidad. No es estrictamente un medio de comunicación pero lo cierto es que su presencia en ellos es bastante abundante… ¿Hasta qué punto hay sexismo en este ámbito?

Yo creo que muchas veces echamos mucha culpa a la publicidad como sistema que refuerza las diferencias pero es solo un elemento más. Para mí es más grave que esto se produzca en el sistema informativo. Pensamos que en los telediarios se nos dan una idea que parece la realidad y no es así aunque nos la creemos porque la consideramos ciertas. La publicidad, sin embargo sabemos que es mentira, es decir, que por echarte un tipo de desodorante no vas a conseguir tener a todas las mujeres a tu alcance.

Ha dicho una cosa antes que es que los niños deberían ser educados en igualdad, sin estereotipos. Lo cierto es que en la Universidad Complutense, por ejemplo, hay jornadas a favor de la igualdad y eventos de esta índole. ¿Cree que las nuevas generaciones tienen más conciencia en este sentido?

Cuando yo fui estudiante, a principios de los 80, no se me habló de estudios de género. Ahora, yo pienso que es más fácil que la gente se encuentre con estos debates. Yo creo que en España, el debate ha cambiado muchísimo. Pero el problema es que seguimos dejando las cosas a casualidad. Por ejemplo, en la facultad de Ciencias de la Información, solo los periodistas tienen posibilidad de cursar una asignatura relacionada con el género.

Otro de los puntos de debate que se está dando en los medios impresos es el desdoblamiento de los géneros. ¿Es necesario utilizar el nosotros y nosotras y hacer referencia a los dos géneros cuando nos dirijamos a un grupo amplio?

Yo creo que hay que desdoblar. Lo que primero hace el lenguaje es nombrar. Si la realidad no se nombra, no existe. Si no hablo de algo, no existe. Lo que pasa es que hay mucha presión por la RAE, que dice que el masculino que vale para todo. Bueno, pues eso es una verdad a medias. Sobre todo, ponen normas que ellos no cumplen. Por ejemplo, la Real Academia pone una norma para colocar el abecedario que es ABCD… pero a la hora de definir, las palabras se enuncian diciendo niño/a, abuelo/a… Entonces te preguntas, ¿por qué va el femenino detrás siempre? La respuesta es el sistema patriarcal que va implícito en el lenguaje. Se supone que lo masculino debe preceder a lo masculino. Lo principal en la lengua es nombrar y que nos nombren.

Pese a todo, hay gente que dice que suficientes cosas hay para preocuparse como para hacerlo de estas…

Lo que es curioso es la irritación que produce. La gente suele decir que le da igual pero si tu vas a un grupo con 5 chicas y 4 chicos y les tratas con el femenino, la gente se ofende.
Asunción Bernérdez firmando un ejemplar de su libro

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